Título: El héroe que iba a salvar al mundo
Autor: Pedro Pablo Sacristán
Fuente:
cuentosparadormir.com
Objetivo (educar el valor de...): cuidar los detalles y las
cosas pequeñas.
Tiempo: aprox 10 min
Material: la voz
Espacio: en el aula
Nº de personas: Totó que se convierte en Superpower Ultra
Man
Variación:
Estaba Totó,
un niño totalmente normal, caminando por la playa, cuando un
erizo de mar lo picó. En ese preciso instante, al sacudir el
pie, le atacaron a la vez una medusa, un mosquito y un pez loro, mientras
pisaba la cola a un ornitorrinco y le caía en la cabeza una cagarruta de
gaviota... Total, que de todas aquellas coincidencias sólo
podía surgir un superhéroe, con impresionantes superpoderes: ¡Superpower Ultra
Man!
Tales eran
los poderes de aquel fenómeno, que
inmediatamente pensó que no podría malgastarlos en cosas pequeñas,
y Superpower Ultra Man comenzó a buscar los peligros y amenazas que acechaban
al mundo para salvarnos a todos de los malos más malísimos.
Pero por más
que buscó con su supervisión, por más que recorrió el mundo con su
hipervelocidad y escuchó los cielos con su oído digital multifrecuencia, no
encontró a nadie tratando de conquistar la galaxia o de hacer explotar el
planeta. Por no encontrar, ni siquiera encontró a ningún villano tratando de secar los mares
o robar tan sólo una montañita. Parecía que todo el mundo, los
buenos y los malos, se dedicaban a cosas mucho más comunes y que sólo tenían
problemas normales. Así que el bueno de Superpower Ultra Man pasaba los días aburrido
explorando los cielos en busca de misiones imposibles a la altura de un
superhéroe de su valía.
Tanto se
aburría, que cuando le ofrecieron hacer un programa de televisión para
demostrar sus habilidades terminó por aceptar, aunque sólo se
tratase de una triste exhibición en la que apenas podría rescatar a varias
decenas de personas.
Y cuando por
fin llegó ese momento de gloria con el que sueña todo superhéroe, resultó que
la demostración fue un desastre. Superpower Ultra Man estaba tan acostumbrado a
pensar las cosas a lo grande, que no sabía
cómo agarrar a una sola persona y ponerla a salvo. Lo hacía de
20 en 20, sin controlar su fuerza o su velocidad, así que aquello acabó en una
ensalada de golpes, chichones, arañazos, gritos, huesos rotos
y ropas destrozadas. Doloridos y medio desnudos, los “salvados”
terminaron llamando al superhéroe de todo menos guapo, entre las sonoras risas
del público y los periodistas…
Posiblemente ningún superhéroe haya pasado nunca tanta vergüenza. Y es
que desde aquel día, cada vez que
alguien renuncia a hacer algo por considerarlo demasiado poco,
todos le recuerdan el caso de Superpower Ultra Man, diciendo: “No seas tan
Superpower ni tan Ultra Man, que si no haces lo pequeño lo grande nunca
sabrás”.